El Barça disfrutó de un domingo relajado en El Molinón ante un Sporting de Gijón que sigue demostrando muchas carencias en su regreso a Primera. Los de Guardiola se impusieron por un contundente 1-6 (con cuatro tantos de cabeza) que significó el primer triunfo en Liga del conjunto culé tras tres jornadas. Necesitaban empezar a ganar ya los azulgrana y lo consiguieron sin encontrar prácticamente oposición.
Volvió Guardiola a apostar por Sergio Busquets en el centro del campo y Márquez en el centro de la zaga junto a Puyol, mientras que Bojan volvió a quedarse en el banquillo un partido más. Tras el desastre defensivo perpetrado ante el Sevilla los locales salieron mentalizados para proteger su portería. Fue Iniesta quien echó todo a perder para los asturianos cuando a los 27 minutos se coló por la izquierda y puso un balón perfecto para Xavi, que solo tuvo que acompañar ligeramente la pelota con Messi de guardaespaldas por si acaso.
El tanto dejó al Sporting tambaleándose durante cinco minutos hasta que terminó besando la lona con el 0-2, obra de Etoo de cabeza sobre la línea tras un cabezazo magistral de Puyol a la salida de un córner.No se había llegado al descanso y el partido parecía ya totalmente finiquitado para un Sporting que tiene más peligro atrás que adelante.
Reacción y desencanto
La veda para la goleada se abrió al comienzo del segundo tiempo con otro tanto de cabeza del sportinguista Jorge en su propia portería a la salida de un córner. Fue el colmo de la desgracia para un Sporting que es una ganga por arriba. La consecución del tercer tanto generó tal sensación de bienestar al Barça que se relajó y regaló, pocos segundos después del 0-3, el gol de la honra al Sporting. Maldonado estuvo más listo que la zaga culé mientras llovía del cielo un balón largo y batió a Valdés con habilidad. El tanto asturiano fue un espejismo que duró seis minutos. El Sporting quería pero no podía hacer más.
La culpa de que el sueño de la remontada fuese tan corto la tuvo Sergio Sánchez, que entregó con el pie el balón a Messi y desencadenó la posterior expulsión de Gerard por frenar en falta al argentino cuando iba lanzado hacia la portería. Peor pudieron ser las cosas para Valdés, que a punto estuvo de lesionarse de gravedad al salir a despejar un balón dividido que buscaba con ímpetu Barral. Superado el susto, le tocó a Messi asustar al Sporting en los minutos finales.
Messi no tuvo piedad
El argentino sembró el pánico en El Molinón a partir del minuto 70. Primero se sacó un pase de manual para que Iniesta hiciese el cuarto. Después, siguió buscando su gol hasta que lo encontró tras recibir de vuelta el favor de Iniesta. Y para terminar, cerró de cabeza la goleada tras una asistencia de Xavi. Al contrario que el Barça, Megía Dávila fue piadoso con el Sporting y no prolongó ni un segundo más su agonía.
