miércoles, 22 de octubre de 2008

Un banquete para el Barça en Basilea



El Barcelona desfiló su fútbol en la ciudad que descubrió los aires de grandeza del sentimiento culé. Basilea, escenario de la mágica Recopa del 79, inició el camino de un nuevo Barcelona y, en estos días, presenció un entrenamiento con los aires de la Champions de fondo. Los de Guardiola se llevaron un partido sin historia, sólo la que marcó el Barça. Los de Guardiola se dieron un paseo y aprovecharon el banquete montado en Suiza para quedarse con el estómago lleno.

Algunos entrenamientos habrá tenido el Barça de mayor peso y esfuerzo. Los azulgrana maniataron y jugaron con el Basilea. Dejaron todo visto para sentencia en el primer cuarto de hora y se dedicaron a disfrutar siempre, algo que Guardiola ha fomentado en este equipo, fiel reflejo del cerebro del Dream Team.

Guardiola está ganando enteros haciendo lo que tiene que hacer. Pasa de los 'tics' de otros entrenadores acaparadores de portadas. No se complica y hace lo que el cuerpo y el corazón le pide. Toda la plantilla, perfectamente gestionada, se siente importante. Este miércoles Bojan y Sylvinho, olvidados de Pep, fueron titulares por primera vez en lo que llevamos de temporada. El español lo aprovechó con un doblete y, como siempre, dejó en el recuerdo su desparpajo, el de un chaval de 18 años llamado a escribir páginas a considerar en nuestro fútbol.

A otro nivel
Pep siguió con sus rotaciones, que, esta vez más que nunca, pedían paso en Basilea. Etoo e Iniesta vieron el partido con toda la tranquilidad del mundo en el banquillo. Busquets volvió a entrar en el centro del campo y el chaval, una vez más, dejó buenas sensaciones. Poco tiene que envidiar a Touré o Keita, por ejemplo.

El Barça sacó la chistera para hacer los dos primeros goles y acabar con un Basilea que no da el nivel que se merece la competición. Messi abrió el marcador a los 4' después de un servicio de lujo de Alves mirando al tendido y, al cuarto de hora, Busquets hizo lo propio con un pase de fuera de serie de Xavi. Fue suficiente. Bojan, constante, hizo el tercero minutos más tarde.

Festín sin forzar
El Basilea se conformó con sobrevivir en la lona, tampoco da para mucho más. El Barça jugueteó con un equipo primitivo que, si hubiese querido, se podía haber tirado todo el partido dirigiendo el cuero de un lado a otro, sin miedo, sin pausas.

Los de Guardiola no se empacharon en el primer asalto y, tras la reanudación, dieron otros dos bocados. En cuatro minutos, la manita era una realidad. Segundo de Bojan y gran gol de Xavi. El paseo del Barcelona, sin oposición, siguió adelante.

Pep, inteligente él, dio descanso a Márquez, Xavi y Touré transcurrida la segunda mitad. Cáceres compartió minutos en defensa, Henry se quedó sin su bocado y Víctor Sánchez recibió su premio. El Basilea, finalmente, buscó el tanto de la honra en el tramo final. No lo encontró. Era el festín del Barça.

domingo, 5 de octubre de 2008

Vendaval azulgrana, juguete rojiblanco



No hubo tiempo para el debate Messi-Agüero. Un huracán llamado Barcelona evitó que se pudiera hablar de otra cosa que de la exhibición azulgrana. A ella contribuyó que el Atlético perdió el partido cuando cogía el AVE el pasado viernes porque sólo así se entiende la indolencia con la que pisaron el césped. Aunque esto no debe servir para restar méritos a un Barça que se mostró letal desplegando un fútbol espectacular. Guardiola sacó un sobresaliente en su primer examen serio.

Realmente el partido duró ocho minutos. Los que tardó el Barcelona en sacar los colores a un rival que pecó de inocencia. Es difícil contener a un ataque formado por Iniesta, Xavi, Messi y Etoo, pero si el primer gol te lo hace a balón parado Márquez de cabeza, pues entonces es imposible. Y si nada más recibirlo te vienes abajo y cometes un penalti absurdo, la goleada está garantizada. Para rematarlo, en el ABC del fútbol, Messi te hace un gol de falta cuando el rival está colocando la barrera sin que nadie haya solicitado distancia.

El Camp Nou se venía abajo de alegría, el Atlético de impotencia. Una de las defensas más alabadas del inicio liguero se resquebrajaba con la facilidad con la que un cuchillo corta la mantequilla. Coupet, que pecó de pardillo al ponerse a colocar la barrera, y Raúl García, que se retiró de delante del esférico, fallaron en el gol de Messi. Las bandas no existieron y los centrales fallaron estrepitosamente. Y todo en menos de diez minutos.

Maxi, con un zapatazo fruto de la rabia, clavó el esférico en la escuadra de Valdés. Un espejismo. Y para colmo de males el argentino se lesionó en esa jugada. No era la noche del Atlético.

Continúa la máquina
El Barcelona siguió con su rodillo y apenas cinco minutos más tarde Etoo volvía a sacar los colores a la zaga atlética. Xavi le ponía un balón medido al pecho por encima de un descentrado Ujfalusi, de Heitinga no había noticias y el camerunés sentaba al checo cuando éste reculaba y a un desacertado Coupet y marcaba a puerta vacía.

La apisonadora azulgrana ya no paraba y antes de la media hora lograba el quinto. Iniesta dejaba sentados a Antonio López y Ujfalusi y la colocaba en el palo, el rechace pasaba por el centro del área para terminar en los pies de Gudjohnsen, que agradecía el obsequio empujando a puerta vacía. Coupet, cual árbitro de tenis, doblaba el cuello de un lado a otro siguiendo el balón.

Los primeros cuarenta y cinco minutos serán los más desafortunados en la historia del Atlético y aún pudieron ser más nefastos porque Iniesta y Messi tuvieron el sexto y el séptimo en sus botas. El primero se encontró de nuevo con el palo, mientras que el argentino pudo hacer el gol de la temporada. Lionel cogió el balón en el centro del campo, cruzó el campo rival rompiendo la cintura a Antonio López y Ujfalusi, se plantó ante Coupet y le picó el balón, pero el esférico se fue lamiendo el palo.

El Barça levanta el pie
En la segunda mitad, por suerte para el Atlético, el Barcelona levantó el pie. Aguirre, con buen criterio, aunque tarde, retiró al 'Kun' de una guerra en la que ya no había nada que ganar y sí mucho que perder. El 'Kun', solo y aislado, no se merecía un minuto más de sufrimiento sobre el campo y el descanso habría sido el momento justo para dejarlo fuera.

La reanudación sólo sirvió para comprobar que el Atlético no tenía fuerzas para más y que el Barcelona se conformaba con la exhibición. Guardiola retiró a Messi, Etoo y Xavi para que se llevaran la ovación de su público y Henry y Bojan fueron los únicos que salieron con ganas de ahondar en la herida rojiblanca. El francés lo consiguió al lograr el sexto de la noche en una excepcional triangulación con Xavi (antes de que se retirara) y Bojan, que le dejó en la frontal un balón para que el francés ajusticiara a su paisano Coupet, que no olvidará fácilmente el Camp Nou. Sin embargo, la joven perla culé no encontró el premio a su insistencia.

Con el Camp Nou pegando botes de alegría por la goleada, el Atlético rezando por llegar al 90' y el Barcelona tocando y tocando como los ángeles, Iturralde se apiadó del conjunto rojiblanco y apenas alargó medio minuto más la agonía de un aspirante a todo que en la Liga cada vez es más aspirante a nada. Por su parte, Guardiola comienza a sacarle réditos a su apuesta ofensiva tras los titubeos iniciales y su juego comienza a sembrar el miedo en sus rivales.